martes, 8 de noviembre de 2011

psicoanálisis psicología psicoterapia

psicoanálisis psicología psicoterapia

Psicoanálisis tampoco es psicología. No es un saber sobre la “conducta humana y sus desviaciones” ni una técnica para restaurar una supuesta normalidad.

Salud, normalidad, conducta humana, son palabras que uniforman lo que es enteramente singular de cada ser  humano. La normalidad es un ideal, o el resultado de la  norma. Cada época ha tenido la suya y hay tantas normalidades como culturas.

Las personas no están moldeadas en la normalidad: son efecto de su misma historia, de sus decisiones (conscientes e inconscientes) y …de la  suerte.

Cada psicoanálisis es el tratamiento particular de cada persona particular.

El psicoanálisis se parece al saber del artesano, a un saber-hacer. Lo que sin pretensiones podría llamarse una sabiduría. Un  saber que permite escuchar el saber que habita en el que habla. El saber que está en el paciente mismo, en lo que dice.

Por eso se parece en ocasiones, a una conversación, aunque no es una mera conversación. A veces en la charla más tranquila y en apariencia superficial, se rozan inesperadamente verdades que se habían mantenido alejadas, silenciadas.

Los dolores de la  existencia siempre están en relación con una verdad rechazada y con  las palabras en las que esa verdad está fijada.  

La astucia del psicoanálisis es que no deja escapar, sin antes señalarlas, esa verdad, esas palabras, que el hablar puede traer a la superficie.

Alumbrar una verdad, desenredar un dolor de las palabras en las que se ha fijado, puede reducir ese dolor o empujarlo hacia una transformación fecunda.

No se trata de suministrar consejos como la psiquiatría suministra pastillas. No es ayuda al modo del cliché de la  autoayuda .

Todo ello reclama de quien consulta algo más que la posición tradicional del “paciente” que concurre pasivamente a recibir “un diagnóstico y un tratamiento”. Tampoco la función del analista está centrada en suministrar indicaciones, pautas de comportamiento o consuelo.  

El psicoanálisis no es un tratamiento en el sentido del tratamiento médico sino en el sentido en que se habla del  tratamiento que se le da a un problema o a una pregunta o a una dificultad.

En este tratamiento el paciente participa, se compromete, se implica, activamente.

Si el psicoanálisis tiene algo que ver con la medicina es en la función que alguna vez tuvo la consulta del médico y que salvo excepciones se ha perdido: el lugar donde se llevaba un problema, una pregunta o un padecer que no siempre precisaba de un medicamento sino, muchas veces, de alguien que pudiese darle lugar a la palabra y escuchar.